Guido Llordi es un artista plástico argentino cuya obra propone una experiencia dinámica: los trabajos cambian de color según la luz y el ángulo de visión. Nacido y formado en Argentina, Guido combina técnicas de pintura fluida con intervenciones de textura que convierten cada pieza en un objeto que muta.
Su proceso parte del azar —la pintura fluida— y lo complementa con una intervención consciente. El resultado son superficies que responden a la luz y a la mirada, generando diferentes lecturas cromáticas que se despliegan en tiempo real cuando el espectador se desplaza frente a la obra.
A lo largo de su carrera, Guido ha exhibido en ferias y espacios del circuito porteño. Su galería, ubicada a sólo una cuadra del Obelisco, se convirtió en un punto de encuentro para quienes buscan una experiencia de arte contemporáneo distinta.
Visitar la galería libertad 541 buenos aires
La galería de Guido Llordi no sólo exhibe obras: es un lugar donde el visitante puede experimentar las piezas en condiciones reales de luz urbana. Al estar en el microcentro, muchos turistas y vecinos se acercan mientras recorren la ciudad, lo que convierte el espacio en un referente accesible del arte contemporáneo local.
La galería está abierta al público con visitas guiadas . Si venís de turismo cultural y querés una experiencia completa, coordiná una visita para ver cómo las obras cambian de color con la iluminación natural y artificial.
Las obras de Guido se componen por capas: una base de pintura fluida que genera formas orgánicas y una intervención posterior de texturas y barnices especiales. Estos barnices y pigmentos interactúan con la luz, creando un efecto de cambio cromático perceptible cuando el observador se mueve o cuando la iluminación varía.
Se utilizan pigmentos en capas semitranslúcidas y barnices con distintas refracciones. La superposición controlada permite que ciertos tonalidades asomen u oculten según la incidencia lumínica, mientras que la textura física del soporte aporta profundidad.
El movimiento del cuerpo y la luz transforman la lectura de la obra. Así, la pieza deja de ser un objeto estático: se vuelve evento. Cada espectador se lleva una experiencia única, distinta de la que otra persona vivirá en otro momento.
Una mirada al método que hace única a la obra de este artista plástico argentino: la tensión entre lo espontáneo y lo intervenido.
En un primer momento Guido permite que la pintura fluya: colores que se mezclan, acciones que la mano no controla completamente. Esta etapa produce composiciones imprevisibles y energéticas.
Luego llega la intervención: texturas, raspados, barnices y capas que direccionan la pieza. Aquí se eligen qué matices se acentúan y cuáles se ocultan según la futura interacción con la luz.
Cuando una obra varía su color en función de la luz o la mirada, genera una emoción dinámica: sorpresa, descubrimiento, incertidumbre estética. En el caso de las piezas de Guido Llordi, ese cambio no es sólo técnico: es narrativo. Cambiar de color implica cambiar de sentido.
“Cada visita a una obra es una visita distinta.” — Observador en la galería
La posibilidad de experimentar distintas versiones de la misma pieza transforma la contemplación en un acto participativo. Por eso, la galería se convierte en laboratorio emocional donde cada persona arma su propia historia con la obra.
Programá tu visita
Si pasás por el Obelisco, añadí a tu recorrido cultural una visita a la galería de Guido Llordi, ubicada a una cuadra. Es una propuesta ideal para quienes buscan una experiencia de arte contemporáneo que responda a la luz y al movimiento.
Galería ubicada en el microcentro, a una cuadra del Obelisco.
La oferta cultural de Buenos Aires es vasta, pero la propuesta de Guido destaca por ser interactiva: las obras cambian de color ante la luz y el movimiento. Visitar su galería es una forma directa de vivir esa innovación.
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La obra de Guido Llordi no es contemplativa en sentido pasivo: requiere movimiento, atención a la luz y a la perspectiva. De ese modo, la pieza se completa con la presencia del público.
Cuando el espectador se desplaza, descubre variantes cromáticas que pueden cambiar la emoción y la interpretación. Esa interactividad es el núcleo de la propuesta: cada visita es una nueva lectura.
Experimentalo en la galería — a una cuadra del Obelisco
Las obras que responden a la luz y la perspectiva introducen variables temporales en la pintura. Esa cualidad las hace relevantes para públicos contemporáneos que valoran experiencias y narrativas cambiantes.
La obra de Guido Llordi dialoga con esta tendencia: ofrece piezas que evolucionan con el tiempo y el contexto, lo que las vuelve atractivas tanto para coleccionistas como para espacios curatoriales interesados en innovación.
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